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Sapiens, Yuval Noah Harari


Hace poco que descubrí a Harari, y la verdad es que su libro Sapiens: de animales a dioses, una breve historia de la humanidad me ha conquistado. El libro, claro, tiene ideas muy interesantes, en cada una de las partes en las que está dividido (que son cuatro).


Os dejo mi resumen de la primera parte del libro (que es la que a mi, personalmente, más me ha interesado e impactado, y con la que más he disfrutado y aprendido). De hecho, más que un resumen es una “síntesis” de las ideas más revolucionarias que Harari defiende en Sapiens. Espero que os guste la entrada, y que os anima a leeros el libro. ¡Y a comentar! Como digo, son ideas brillantes, o teorías brutales, que piden a gritos un debate.


¿Vosotrxs cómo lo veis?


SAPIENS, Yuval Noah Harari


PRIMERA PARTE: LA REVOLUCIÓN COGNITIVA


Ha habido tres revoluciones importantes en la historia de la humanidad:


  1. Revolución cognitiva (hace unos 70.000 años)

  2. Revolución agrícola (hace cosa de unos 12.000 años)

  3. Revolución científica (hace tan solo 50 años).


Hasta hace unos 10.000 años, había muchas otras especies del género Homo habitando la Tierra. Todas, eso sí, descendientes del famoso simio Australopithecus. Por distribución geográfica (no confundir con cronológica, pues no fueron uno tras otro, sino que convivieron durante muchísimos años):


  • Eurasia: Homo neanderthaleusis.

  • Asia oriental: Homo erectus. Como curiosidad: el Homo erectus es el Homo que más tiempo ha habitado la Tierra (cerca de 2 millones de años). Es muy posible que el Homo sapiens se extinga mucho antes de llegar a los 2 millones de años sobre la Tierra.

  • Indonesia: Homo solensis y Homo floresiensis, quienes eran enanos.

  • Siberia: Homo denisova. Esta especie se descubrió recientemente, en 2010.

  • África oriental: Homo rudolfensis, Homo esgaster y, ahora sí, Homo sapiens.


El mundo de hace 100.000 años estaba habitado por, al menos, seis especies diferentes de humanos. Es la exclusividad actual, y no este pasado diverso, lo que resulta singular, y quizás incriminatorio.


Los hombres prehistóricos no tenían más influencia en el medio ambiente que cualquier otro animal. De hecho, en la escalera alimenticia, estábamos en un nivel medio. Podríamos pensar que lo que nos ha hecho escalar tanto y tan rápido en la escalera evolutiva es nuestro cerebro privilegiado, pero debemos recordar que durante 2 millones de años (en los cuales el cerebro seguía evolucionando y para lo que no hay explicación, dado el poco uso que le dábamos) el Homo sapiens apenas evolucionó.


Es más, tener el cerebro tan grande nos proporcionó más de un problema. Especialmente a las mujeres. Caminar derechas requería unas caderas más estrechas (así, también se estrechó el canal uterino), y esto coincidía cuando, cada vez más, la cabeza de los bebés era mayor. Por tanto, la muerte de la madre en el parto era un riesgo elevado. Las mujeres que parían antes, cuando el cerebro del niño todavía no estaba tan desarrollado y era más pequeño, sobrevivían con más frecuencia, y seguían reproduciéndose. La selección natural, en consecuencia, favoreció los partos prematuros. Esto, a su vez, ha contribuido enormemente a las extraordinarias habilidades sociales de los humanos: con unos bebés tan necesitados, las madres requerían de toda ayuda posible para sobrevivir.


En cuanto al fuego, no sólo abrió una brecha entre la humanidad y los animales, si no que muchos estudiosos ven una relación directa entre el dominio del fuego, el crecimiento del cerebro y la reducción del intestino.


Sigamos con la historia del Homo sapiens, ¿qué sucede al llegar a Eurasia, donde ya habitaban humanos? Hay dos teorías confrontadas:


  1. La teoría del mestizaje.

  2. La teoría de la sustitución.


Y creo que ambas se explican perfectamente a sí mismas con sus nombres.


Tanto si es una o la otra, lo que es claro es que, al final, cuando el Homo sapiens llegaba a un lugar, la población natal acababa extinguiéndose. Pero ¿por qué? ¿Por qué ni siquiera los neandertales sobrevivieron? La respuesta más consensuada: el Homo sapiens conquistó el mundo gracias a su lenguaje único.


Este lenguaje se debe a la Revolución Cognitiva (de hace entre 70.000 y 30.000 años). No es seguro que la causó, pero se cree que, simplemente, fueron mutaciones en el ADN de los Homo sapiens que alteraron sus conexiones neuronales. Porque en los sapiens y no en los neandertales, fue puro azar.


Profundicemos en esto: ¿qué hace tan especial a nuestro lenguaje? Que es increíblemente flexible: podemos formar infinitos enunciados con significado distinto, y siempre los entenderemos, aunque nunca los hayamos escuchado antes.


Por supuesto, también es a partir de la Revolución Cognitiva que aparecen las leyendas, los mitos y las demás ficciones humanas. Y es precisamente esta capacidad de crear ficciones la característica más extraordinaria del lenguaje del Homo sapiens. Y la ficción no sólo nos ha permitido imaginar cosas, sino también hacerlo de forma colectiva, lo cual nos lleva a que “un gran número de desconocidos puede cooperar mutuamente si comparten mitos comunes”. Esto, a la hora de conquistar el planeta, fue decisivo.


Nota: no debemos caer en el error de creer que el hecho de poder mentir es algo especial de los sapiens o de nuestro lenguaje. Mentir no tiene nada de especial, las monas verdes y los chimpancés saben mentir. La ficción, si lo tiene.


Desde la Revolución Cognitiva, por tanto, los Homo sapiens viven en una realidad dual: por una parte la realidad física (Ej: ríos, leones y montañas), y por otro lado la realidad ficcional (Ej: Dioses, corporaciones y naciones). Esto es algo que mantendrá ocupada y fascinada a la filosofía durante milenios, desde Sócrates y Platón hasta Nietzsche, y tantos otros y otras.


Otro aporte importantísimo de la Revolución Cognitiva, es que nos permitió readaptarnos sin necesidades de mutaciones genéticas. Fuimos capaces de crear culturas y, con ellas, moldear y aprender nuevas maneras de comportarnos. Es decir: mientras los modelos de comportamiento de los hombres y mujeres primitivos se mantuvieron inamovibles durante millones de años, los Homo sapiens pudieron transformar sus estructuras sociales, la naturaleza de sus relaciones interpersonales, sus actividades económicas y un largo etcétera en una o dos décadas.


Así, definimos cultura como “la inmensa diversidad de realidades imaginadas que nos inventamos los sapiens y la diversidad resultante de modelos de comportamiento son los principales componentes de las culturas”. Es decir: la Revolución Cognitiva es el momento en el que la historia se declara independiente de la biología.


Dato curioso: el perro fue el primer animal domesticado por un humano, y esto fue antes, y no después, de la Revolución Agrícola (hace más de 12.000 años).


Otra idea interesante: nuestra sociedad, a nivel comunitario, sabe más de lo que ningún ser vivo ha sabido nunca, pero de manera individual, los individuos cazadores-recolectores primitivos fueron las personas más hábiles y con más conocimientos de la historia. Además tenían una destreza física ¡que ya la quisiéramos hoy!


Más datos sorprendentes:


  • Trabajaban (en tanto que jornada laboral) muchas menos horas que nosotros (contando que nosotros lo hacemos entre 40 y 45 horas semanales), y descansaban mucho más, y mejor (sin estrés, sin despertadores). Además, su trabajo era variado, lo cual favorece la salud mental –como bien sabía Marx.

  • En la mayoría de lugares y de casos, su dieta era ideal. Lo cual no debería sorprendernos, puesto que nuestros genes llevaban centenares de miles de años comiendo lo mismo y adaptándose a ello. Su dieta era, además, muy variada, lo cual les protegía de inanición y desnutrición (mucho más variada que ahora).

  • Sigamos con la idea de la dieta variada: como no dependían de ningún alimento en concreto, cuando uno faltaba (por desastre natural, o por lo que fuese), lo pasaban peor. ¿Cómo lo pasaríamos ahora sin trigo, o sin arroz?

  • Tenían muchas menos enfermedades infecciosas (recordemos que no tenían animales domésticos y que no vivían en ciudades sucias y llenas de gente).


Hay pruebas, en cuanto a lo sociopolítico, de que hace ya más de 30.000 años, los Homo sapiens podían inventar códigos sociopolíticos que iban mucho más allá de los dictados de nuestro ADN y de los patrones de conducta animales y humanos. (Referencia: niños de Sungir.)


El capítulo IV (El diluvio), trata de cómo los humanos participamos de la extinción de millones de especies durante nuestra conquista del Planeta Tierra. Es un tema de gran interés, por supuesto, y Harari lo narra bien y detalladamente, pero al no formar parte de mi foco de interés actual, dejadme terminar aquí el post con una recomendación final: ¡leed el libro!

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